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ELIEZER BEN |
Generalmente, el uso del término
judío se utiliza para referirse a tres grupos: aquellos que tienen orígenes étnicos judíos, aquellos que practican el judaísmo y aquellos que se identifican como tales por su identificación cultural e histórica. La
halajá, la ley judía, da otra definición de la identidad judía. De acuerdo con la legislación judía, judío es aquel que: a) es hijo de madre judía (ley que deriva del pasaje de
Deuteronomio 7:1-5)
15 o b) aquella persona que se convierte formalmente al judaísmo bajo la supervisión halájica de un reconocido
Bet Din (corte judía) presidida por tres
dayanim (jueces). Este proceso de conversión está desarrollado en textos legales judíos, tales como el
Talmud, el
Shulján Aruj y las interpretaciones de la
ortodoxia rabínica.
Pero además de esa definición ortodoxa existen otras definiciones, como las de las corrientes reformistas, reconstruccionistas y liberales, que afirman que es judío aquel que tiene un padre judío (en el sentido genérico, es decir, un padre o una madre). El humanismo judío afirma que es judío "quien se siente judío" sin importar si tiene ascendencia judía o si hace una conversión religiosa.
Por conversión
Si bien el judaísmo no fomenta la conversión y a lo largo de la historia no se conocen casos en donde el pueblo judío haya sometido a otro a convertirse, la misma está contemplada. Para hacerlo es necesario tener un estudio amplio sobre la
Torá, capacitado por un
Moré (Maestro). Los filtros para la conversión al judaísmo, si bien varían según las distintas corrientes, suelen ser muy exigentes, puesto que se busca por parte de los rabinos que la conversión sea sincera y sin motivaciones ulteriores.
En el pasado hubo ejemplos de conversiones en masa al judaísmo, como es el caso del pueblo de
Samaria, que sin ser descendientes de
Jacob en un sentido físico abrazaron el judaísmo aunque nunca perdieron del todo sus creencias y costumbres, por lo cual los judíos de
Jerusalén nunca los vieron con total agrado. Otro caso de conversión en masa es la de los jinetes
partos.
Pérdida de la condición de judia
En cuanto a la pérdida del judaísmo, acorde con la ley judía (
Halajá), no existe modo de perder el judaísmo. Quien nace judío o se convierte, no pierde su condición de judío incluso después de cometer uno de los tres peores pecados:
paganismo,
asesinato o
aberraciones sexuales. A pesar de esto la ley judía utilizó otra arma contra pecadores de mayor escala: el expulsar de la
comunidad (“El
Herem” o “El
Nidui”). El poder de separar de la comunidad se remonta a las primeras épocas bíblicas, pero se empezó a usar en forma sistemática durante la época talmúdica en el segundo
Templo de Jerusalén, y se continuó su uso durante la era moderna.
Baruch Spinoza,
Uriel da Costa son algunos de los judíos más importantes que fueron depurados.
Marx y
Freud vivieron algo parecido. Cabe acotar que, de acuerdo con la
ley judía, existen caminos para ser aceptado nuevamente en la comunidad, y esto marca el hecho de que, según ésta, no existe pérdida de la judeidad.
Grupos étnicos
Ashkenazim
Los judíos ashkenazim adoptaron las interpretaciones de las
mitzvot de las escuelas rabínicas de Israel, y los
judíos orientales, las de las escuelas babilónicas.
Sefaradim
Sefarad es el nombre hebreo para la Península Ibérica (España y Portugal).
Sefardí es la palabra para designar a los judíos de
España y
Portugal. Hicieron grandes contribuciones a la cultura ibérica, pero fueron expulsados por motivos religiosos de España en
1492, por orden de los
Reyes Católicos. A los descendientes de estos judíos se les siguió llamando
sefardíes, sefaraditas o sefarditas, sin importar en qué parte del mundo hayan nacido. Su idioma es el
judeoespañol o ladino, que es un dialecto del
castellano. Muchos de estos judíos expulsados terminaron acompañando a los conquistadores al Nuevo Mundo, instalándose en
México, Sudamérica y Puerto Rico.
En
1924, el general
Primo de Rivera concedió la ciudadanía española a los judíos sefardíes por "razones históricas", lo cual salvó muchas vidas durante la
Segunda Guerra Mundial. Un caso muy claro fue el del cónsul
Ángel Sanz Briz, que salvó a miles de judíos del
Holocausto en
Hungría, diciendo que los judíos sefardíes eran ciudadanos españoles y por tanto tenían apoyo total de su gobierno, aunque para salvar vidas se hizo pasar a muchos no-sefardíes por sefardíes.
En
1991, el Museo del Holocausto
Yad Vashem de Israel distinguió su acción y reconoció a sus herederos el título de
Justo entre las Naciones, inscribiendo su nombre en el memorial del
Holocausto. En
1994 el gobierno húngaro le concedió a título póstumo la Cruz de la Orden del Mérito de la República Húngara. Fue el primer diplomático español que apareció en un sello de correos de España.
Mizrajim o edot hamizraj
Mizrají (
mizrajim en plural) es el nombre dado a las comunidades judías que inmigraron de los países del
Medio Oriente, notablemente de
Yemen,
Irak e
Irán. Muchos los denominan erróneamente
sefaradim dentro del mismo Israel, aunque nada tienen que ver con la Península Ibérica.
El término correcto para denominarlos en hebreo es
edot hamizraj (comunidades del Oriente). Toman su interpretación de los preceptos de las escuelas rabínicas de
Babilonia. Son los judíos del
mundo árabe e
iranio.
Referencias Bibliograficas:
http://es.wikipedia.org/wiki/Pueblo_jud%C3%ADo#Etimolog.C3.ADa
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/4/4b/BYwork.jpg/150px-BYwork.jpg